Marina Constantine Admin
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| Tema: Historia Completa de Gaïa Volúmen II Lun Ago 30, 2010 8:58 pm | |
| El momento álgido de la guerra, que marcaría su primer punto de inflexión, fue la Batalla de las Cenizas, cuando Rah, al darse cuenta de que sus ejércitos estaban retrocediendo, dejó la isla de Tol Rauko para encabezarlos personalmente junto a La Cofradía, sus agentes más poderosos. Ante unas fuerzas combinadas de más de cinco millones de hombres, Sylvain y otras razas capitaneadas por Taumiel, el Señor de Judas y sus ocho acompañantes descendieron en mitad del campo de batalla. Las palabras que pronunció cuando habló por primera vez quedarían escritas en la historia. “Vosotros tenéis la culpa. Habéis producido vuestra propia caída. ¿No veis? Como borregos seguís fielmente los designios de un destino que no os pertenece. Ciegos y encadenados, incluso habéis olvidado lo que significa ser humanos. Preparaos. El mundo va a cambiar, aunque para eso debamos teñirlo de sangre. Ha llegado la hora de que muera el Dios que, en nuestra arrogancia, hemos creado a nuestra imagen y semejanza. Con nuestras manos quebraremos los cielos” A continuación ordenó a sus tropas que se retirasen, mientras él y La Cofradía avanzaban en solitario hacia los ejércitos de Taumiel y los Reinos Santos. Sólo en los primeros minutos, los nueve ya habían exterminado una tercera parte de las fuerzas aliadas... Cuando más de una tercera parte de sus ejércitos habían sido destruidos, y viendo que sus adversarios eran como dioses vivientes frente a los que no tenían oportunidad alguna, el señor de las naciones élficas ordenó la retirada. Aquello fue un golpe más duro de lo que nadie pudo sospechar, pues muchos empezaron a considerar a Rah como una deidad más que como un hombre. Tras aquella batalla, los miembros de La Cofradía se dividieron y encabezaron diferentes fuerzas de Judas, atacando al unísono todos los confines del mundo. Sólo Zhorne y sus ejércitos siguieron obteniendo victorias, haciendo evidente para todos que era la única persona capaz de detener a Rah. Percibiendo la amenaza que el joven representaba para él y sus objetivos, el Señor de Judas ordenó a los ocho miembros de La Cofradía encontrarle y destruirle a cualquier precio. Tras varios enfrentamientos que estuvieron a punto de costarle la vida, durante una reunión secreta con Taumiel y otros líderes de la alianza, finalmente Zhorne acabaría siendo interceptado por Karla Edil Sith, la hija adoptiva de Rah y miembro de La Cofradía. Ambos se enzarzaron en un terrible combate personal, durante el cual la joven desató a varias potencias contra él. En el culmen de su enfrentamiento, Karla invocó al Aeon oscuro Tawil At-U’mr, El Señor de las Puertas, tratando de arrastrar a su antagonista hacia la nada infinita. Pero en ese instante, Keith Khaiel Sith, el líder de la Cofradía, quien había estado observando la lucha en secreto, aprovechó la situación para tratar de acabar con ambos al unísono, desencadenando un holocausto de pura destrucción que no dejó ni rastro de ellos. Durante los meses siguientes, las fuerzas de Judas, encabezadas por Keith y el resto de la Cofradía, prosiguieron sus avances con mortal eficacia. Pronto deshicieron por completo todos los logros que Zhorne Giovanni había logrado durante el último año. Con la mayoría del Viejo Continente en su poder, se extendieron a las tierras de más allá de los océanos, alcanzando primero Varja y posteriormente Khalis y Lunaris, donde prosiguieron sus ataques. La endeble alianza que se había levantado contra Rah empezó a tambalearse y el emperador Taumiel se vio incapaz de hacer otra cosa que resistir como pudo. Poco a poco, la esperanza empezó a ser sepultada por el terrible peso de la cruda realidad. De nuevo, el destino de Gaïa parecía estar sentenciado. Pero aún quedaba mucha sangre por derramarse... La Cofradía - Spoiler:
Karla Edil Sith (Convocador, ♀ ) Hija adoptiva de Rah y, posiblemente, el único ser al que el Señor de Judas mostró algo de cariño. Durante los acontecimientos de la Guerra de Dios tiene solo quince años, pero su poder es inconmensurable. Poseía un don único que nadie fue capaz de comprender; al contrario que otros mortales, podía encadenar a criaturas de Gnosis elevado, atando a su servicio incluso a dioses menores. Todas sus acciones fueron motivadas por el cariño y admiración que sentía hacia su padre adoptivo. Durante la guerra, conoce a Zhorne y ambos quedan atrapados en el interior de Yggdrasil. Aunque su misión era matarlo, se enamora de él (en realidad, el sentimiento es casi mutuo) y entre los dos consiguen salir del reloj por pura suerte. Está incluso a punto de marcharse con él, pero sabiendo que este amaba a una amiga de la infancia llamada Lucia, decide regresar junto a su padre. Acaba muriendo en el mismo incidente en que Keith teóricamente fallece, ayudando de nuevo a Zhorne a detener los planes de su hermanastro, aunque no sin antes decirle al hombre que amaba lo que sentía por él. Un final trágico, en más de un sentido.
Yukari Nozuel (Guerrero convocador, ♀) Yukari, uno de los miembros más complejos de la Cofradía original, es la hija mestiza de un Daimah y la Kami Umetsuki Nozuel, una poderosísima entidad elemental del agua, madre a su vez de Yagarema no Mikoto. Fue criada por su padre mortal hasta los doce años, momento en el que Umetsuki trató de matarlos a ambos. Yukari sobrevivió gracias al sacrificio de su padre, desarrollando un intensísimo odio hacia su madre. Tanto se obsesiona con destruirla, que se une a Rah a la espera de encontrar una oportunidad para hacerlo. Encabezó los ataques a Varja y, tras una serie de épicas confrontaciones, logra su objetivo gracias a la intervención de Keith. En deuda con él, le ayuda a realizar un extraño ritual, aunque su finalidad se desconoce. Lo único que movía su vida era el odio y, al lograr su venganza, quedó vacía y marchita. Se ignora si logró sobrevivir al holocausto generado por la activación de la máquina.
Demeter Stratos (Paladín oscuro, ♂) Conocido como el Señor de los Dragones, Demeter es un caballero que sigue a Rah porque cree fervientemente en su idel de acabar con todas las religiones y cambiar el mundo. Es su paladín personal y hombre de mayor confianza (aunque, realmente, el Señor de Judas no confiaba en nada ni en nadie). Su principal característica es que está atado espiritualmente a un dragón antiguo. Zibrialraserum, por uno de Los Pactos, lo que le otorga una habilidad sin igual en el combate. Mantiene una relación de amor-odio con Remiel, su principal compañera en las misiones de La Cofradía. Acaba gravemente herido tras la guerra, pero sobrevive y queda aletargado junto a Zibrialsaserun en una ubicación desconocida.
Millenium (Desconocido, ♀) De entre todos los miembros de La Cofradía, ninguno fue tan enigmático y misterioso como esta mujer. Nadie supo exactamente por qué se unió a Rah ni cuál era la causa por la que lo servía. Supuestamente, sus poderes eran los menores de todo el grupo, pero de ocasionalmente hacía cosas que escapaban al alcance de sus compañeros. Se sospecha que tuvo alguna relación con la desaparición de Keith, e incluso hubo rumores de que en el pasado habría influido en la creación de dioses de mayor o menor poder. Antes de la activación de la máquina, habló con Rah y le dijo que, muy a su pesar, al parecer aún no había llegado el momento de que el mundo cambiara. Poco después, desapareció sin dejar rastro. Dado que alguien que también respondía al nombre de Millenium ha estado al servicio de Eljared en La Nueva Cofradía, se la supone inmortal, aunque nada asegura que se trate de la misma persona.
Lemunia (Sombra, ♀) Lemunia, la Mano de la Muerte, era una asesina legendaria que descendía de la personificación de un Shajad. Al parecer, no había nada ni nadie a quien no pudiera matar. Fue enviada por las tinieblas para acabar con Rah, pero en lugar de destruirlo, se puso a su servicio al quedar fascinada por él y por su filosofía. Fue el miembro de La Cofradía más activo durante La Guerra de Dios, aunque también el menos conocido. Después de pasar mucho tiempo entre los hombres, comenzó a humanizarse, desarrollando un complejo de hermana mayor respecto a Karla, que acabó siendo su mejor amiga. Se le encarga asesinar a Zhorne Giovanni, pero fracasa y acaba medio muerta, siendo recogida y cuidada durante meses por un joven médico que desconocía su identidad. Cuando este descubre quien es, Lemunia se ve en la obligación de matarle, pero es incapaz de hacerlo al darse cuenta de que se ha enamorado de él. Regresa poco después a La Cofradía, pero no llega a tiempo de salvar a Karla. Finalmente, Lemunia tiene que elegir entre la eternidad, como La Mano de la Muerte, o vivir entre los hombres como mortal. Toma el segundo camino y vuelve con el joven doctor de quien se había enamorado. Es la antepasada de Lemures, el cabecilla del Cónclave.
Remiel (Warlock, ♀) Una deidad elemental del fuego que tomó la forma humana de una joven muchacha rubia de ojos rojos. Se unió a La Cofradía de Rah por la fascinación que le producía un ser humano tan enigmático. Con el tiempo conoce a Demeter Stratos y, aunque al principio no hacen más que discutir, empieza a interesarse sentimentalmente por él. Durante la confrontación final, sacrificará su forma física para salvar a Demeter, admitiendo finalmente que lo amaba. Queda atrapada por La Barrera en uno de los Interregnos, y desde entonces trata de regresar a Gaïa para encontrarse con el hombre del que está enamorada.
Markus Eruth Sith (Mentalista, ♂) Markus, hermanastro mayor de Rah (Adoptado por Amon Sith cuando su verdadero hijo tenía ya nueve años), era un individuo sombrío y de personalidad maquiavélica. Durante años fue una sombra de Judas, actuando conforme sus propios planes y objetivos. Planeó sustituir a Rah en el momento de su máximo apogeo y convertirse él mismo en Dios, absorviendo parte de la energía acumulada en Upnapistim. Sus poderes mentales cuasi divinos provenían de cientos de implantes cerebrales que había recibido gracias a la tecnomagia de su hermano. Murió a manos del propio Rah (quien conocía sus maquinaciones desde el principicio), solo horas antes de que se activase la máquina.
Keith Khaiel Sith (Desconocido, ♂) Keith era el joven líder La Cofradía e hijo único de Rah (la identidad de su madre es desconocida). Se supone que tendría poco más de veinte años durante los acontecimientos de la Guerra de Dios. La mayoría de los detalles concernientes a él son un misterio, pero se sabe que podía arrasar ejércitos con simples gestos. Pese a que se le suponía el miembro más poderoso de La Cofradía, la verdadera naturaleza de sus capacidades sigue siendo un misterio. Durante su infancia, tanto su padre como Millenium lo sometieron a extraños procesos y experimentos, una verdadera tortura para un niño de su edad y despertando en él poderes que el propio Keith nunca llegó a comprender. Mantuvo una relación de amor y odio hacia su padre, ya que siempre buscó su aprobación, aunque también trató de destruirle en más de una ocasión. Durante la etapa final de La Guerra intentó llevar a cabo un plan de naturaleza desconocida pero, al menos en teoría, murió al realizarlo a causa de la intervención conjunta de Zhorne y Karla, provocando a su vez la muerte de esta última. Se le cree ligado de algún modo a Eljared, si bien se desconoce la naturaleza de tal vínculo (en caso de que realmente exista).
Tras pasar meses desaparecido y cuando todos le creían muerto, Zhorne regresó súbitamente para ponerse al frente de lo que quedaba de sus ejércitos. Con fuerzas renovadas, volvió a dar un vuelco a la guerra, reconquistando la zona central del Viejo Continente, e incluso derrotando a varios miembros de La Cofradía. Con sangre, sudor y lágrimas, logró llegar hasta las llanuras de Términus, donde reunió todas las fuerzas restantes de la alianza. Taumiel y los lideres del resto de reinos y naciones de Gaïa se congregaron a su llamada, al igual que los dragones y otras bestias ancestrales. Frente a ellos, el grueso de todas las fuerzas de Judas, el ejército más poderoso que había existido en la historia. La mayor batalla que jamás presenciaría el mundo estaba a punto de dar comienzo, una batalla en la que todos daban por segura la victoria de Rah. Pero ocurrió algo que escapó a los designios del Señor de Judas. Mientras se preparaba paa el último enfrentamiento, un Duk'zarist llamado Larvae consiguió penetrar a través de las protecciones de Tol Rauko y llegar hasta donde Ark Noah estaba prisionera. Cómo logró hacerlo forma parte de las leyendas, tanto como el aterrador descubrimiento que halló en las profundidades de la fortaleza. Allí existía una inmensa maquinaria creada con la tecnología de las Logias Perdidas de Sólomon, un inmenso artefacto que se alimentaba de las almas de todas las víctimas de la guerra, canalizando su poder con un fin desconocido. A cientos de kilómetros, Rah percibió que alguien había penetrado en las cámaras estancas de Tol Rauko y regresó hasta la fortaleza, horas antes de que se iniciase la batalla de Términus. De ese modo, Rah y Zhorne jamás llegarían a encontrarse cara a cara, y el irónico destino siguió su curso como ni siquiera los cielos pudieron preveer. Cuando los más de veinte millones de contendientes se lanzaron unos contra otros, los campos se inundaron de sangre. La proporción de la batalla fue tal que se alargaría durante varios días, pese a que al finalizar la primera jornada, la superioridad de las fuerzas de Judas ya era patente. Incluso sin esperanza, los ejércitos de Zhorne siguieron adelante. Hacía mucho que ya no luchaban por ideales, credos o venganza. ¿Qué más les quedaba? Sin embargo, antes de acabar el segundo día, cuando el final del conflicto parecía inminente, la noticia de la liberación de Noah llegó hasta las fuerzas de los Duk'zarist dando un insospechado revés a los acontecimientos. Al descubrir el motivo por el que habían sido obligados a participar en la guerra, algo que se mantuvo en secreto para los oscuros, se retiraron de las posiciones que habían tomado hasta entonces, arrasando a las fuerzas de Judas que se encontraron en su camino. Eso proporcionó la ansiada oportunidad que Zhorne y sus aliados necesitaban, y el joven general no la dejó escapar. Haciendo acopio de todo lo que le quedaba, se lanzó contra las fuerzas quebradas y divididas de Judas. Al finalizar el tercer día, los ejércitos de Rah se vieron obligados a retirarse a la espera de una oportunidad para poderse reagrupar, una oportunidad que nunca estaría a su alcance. Sin perder ni un instante, Zhorne avanzó a través de las tierras baldías y arrasadas por la guerra hasta la Costa de los Anhelos, donde partió con sus tropas restantes hacia el corazón del Mar Interior pra acabar de una vez por todas con la raíz de la Guerra de Dios. Y, lejos, en Tol Rauko, Rah comprendió que todo había llegado a su fin. El mismo mundo que quería salvar rechazaba la liberación que le ofrecía. Fue así como, preso de esa amarga ironía, cometió la mayor de las atrocidades. S ino podía salvar el mundo, entonces lo destruiría. Antes de que Zhorne pudiera llegar hasta la fortaleza, Rah descendió hasta las entrañas de la tierra, donde puso en marcha la máquina que había estado construyendo. En el momento de su activación, una ola de poder sin igual asoló Gaïa, creando una inmensa distorsión que arrasó tanto el plano físico como el espiritual. Aún hoy desconodemos sus verdaderas consecuencias y su finalidad, pero desde ese momento ya nada sería igual. En realidad, aquel día el mundo se acabó. Solo que no nos dimos cuenta. | |
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